[Recuerdos en algún futuro]

martes, diciembre 30, 2003

Gracias viejo 2003 ! Te extrañaré !

Mañana 31 de Diciembre no estaré aquí... En estos días no he dejado de pensar en la continuidad de mis emociones y las uniones que se crearon.. Sé que en el íntimo balance que me dejará este año, como en los anteriores, el foco estará puesto en lo que considero lo más valioso: mis Sentimientos y mi Palabra, ya que eso es lo que me define como Individuo.. y, el resto, son meros accesorios del ego ó herramientas para la mundana competencia de estos tiempos....

Y, entre toda esa plenitud de sensaciones, me quedo con un nombre de mujer que no pronunciaré.. lo dejaré atado a un sentimiento, discreto cómplice del silencio, algo que me dicta la mesura por todo lo bueno que hay en su recuerdo... porque ella es y será una inefable promesa.

Viví porque exploré con intensidad mis espacios internos y descubrí una sosegada Paz a pesar de su ausencia... coincido con lo que dice el Dalai Lama --gracias Yoko--:



"If We look at internal experiences the past is not longer there and the future has not yet come: there is only the present "



La Historia del Tiempo aún no se ha escrito, porque esta se redefine a sí misma pero, no sé si sea tan breve como lo plantea Stephen Hawking... en fin; como cualquier otro actor de este Teatro de los Sueños, haré mías las palabras de otros.. Esto es parte del Ciclo de la Vida, -- ¿ han escuchado esa canción del Rey León ? , buenaza Tim Rise !!! -; exactamente como aquello que confundían Los Inmortales de Borges... la memoria de los hechos podemos manejarla a nuestro antojo pero la Verdad siempre será una sola.. ¡ Maktub !

Gracias a Michel Acuña quién antes de emigrar a Australia me obsequió su libro "El Discurso del Método" de Descartes...una edición de 1979 de la Editorial Linotipo,,, lo compró en los libreros de la Avda. Grau... lo amarillento de sus páginas y la alquimia de nuestra amistad lo transformaron en un verdadero tesoro.. gracias flaco por compartirlo ! amigo mío, se extraña tu presencia y esos bien alturados laberintos de ensayos después de cada almuerzos.

De allí, del libro, extraeré algunos párrafos, para cerrar la lectura de este año...para no romper la cadena, cadena áurea la llamaba Homero; por el valor y respeto a todas esas afinidades y coincidencias tan ajenas al espacio,,, tan ajenas al tiempo...


En el año 1637, René Descartes decía que,,,

<<...El buen sentido es la cosa mejor distribuída en el mundo, pues cada cual piensa estar tan bien provisto de él que aún aquellos que son más difíciles de contentar en cualquier otra cosa, no suelen desear más del que tienen. No es verosímil que todos se equivoquen en eso, antes bien, eso acredita que la potencia de juzgar bien y distinguir lo verdadero de lo falso es por naturaleza igual entre todos los seres humanos, y, así, la diversidad de nuestras opiniones no viene de que unos sean más razonables que los demás, sino solamente que conducimos nuestros pensamientos por caminos diferentes y no consideramos las mismas cosas. En efecto no basta tener buen entendimiento, sino que lo principal es aplicarlo bien... ...Por consiguiente, no es mi propósito enseñar aquí el método que cada cuál deba seguir para conducir bien su razón, sino solamente hacer ver de qué modo traté de conducir la mía. Los que se lanzan a dar preceptos deben juzgarse más hábiles que aquellos a quienes los dan; y si fallan en lo más mínimo, merecen ser censurados por ello.... ...Me nutrí en las letras desde mi infancia, y puesto que me persuadían que mediante ellas se podía adquirir un conocimiento claro y seguro de todo lo que es útil para la vida, yo tenía fuerte deseo de aprenderlas. Más no bien hube terminado todo ese curso de estudios, al final del cual se suele ser recibido en el rango de los doctos, cambié enteramente de opinión. Pues me sentía entorpecido con tantas dudas y errores, que me parecía que, tratando de instruirme, lo único que había logrado era descubrir cada vez más mi ignorancia... ...Sin embargo,yo no dejaba de apreciar los ejercicios en que se ocupaban en las escuelas. Sabía que las lenguas que se aprenden en ellas son necesarias para la comprensión de los libros antiguos; que la gentileza de las fábulas despierta el espíritu; que las acciones memorables lo elevan y que, leídas con discreción, ayudan a formar el juicio; que la lectura de libros buenos es como una conversación con las gentes más probas de los siglos pasados, y aún una conversación estudiada, en la cual sólo nos descubren sus mejores pensamientos; que la elocuencia tiene fuerzas y bellezas incomparables; que la poesía tiene delicadezas y dulzuras muy seductoras y por último, que es bueno haberlas examinado todas, aún las más supersticiosas y las más falsas, con objeto de conocer su valor justo y abstenerse de ser engañados por ellas... ...Eso sin decir que las fábulas hacen imaginar como posibles varios acontecimientos que no lo son; y aún las historias más fieles, si no alteran ni aumentan el valor de las cosas para hacerlas más dignas de ser leídas, por lo menos omiten siempre las circunstancias más bajas y menos ilustres; de ahí que el resto no parezca tal como es, y que quienes rigen sus costumbres por los ejemplos que toman de esas historias, están expuestos a caer en las extravagancias de los paladines de nuestras novelas y a concebir designios superiores a sus fuerzas... ...Yo apreciaba mucho la elocuencia y estaba enamorado de la poesía pero pensaba que una y otra eran dones del espíritu más que frutos del estudio. Quienes tengan el razonamiento más fuerte y dirigen mejor sus pensamientos, a fin de hacerlos más claros e inteligibles, pueden convencer siempre mejor de lo que proponen aunque no hayan aprendido jamás la retórica. Y quienes tengan las invenciones más agradables y las sepan expresar con mayor ornato y dulzura, no dejarán de ser los mejores poetas aunque les sea desconocida el arte poética... ...Por esto es por lo que, no bien la edad me permitió salir de la sumisión de mis preceptores, abandoné por completo el estudio de las letras. Y, habiendo resuelto no buscar otra ciencia que la que se pudiera hallar en mí mismo o bien en el Gran Libro del Mundo, empleé el resto de mi juventud en viajar, en ver cortes y ejércitos, en frecuentar personas de diversos humores y condiciones, en recoger diversas experiencias, en ponerme a prueba a mí mismo en los casos que la fortuna me ponía delante y, en todas las ocasiones, hacer sobre las cosas que se presentaban una reflexión tal que de ellas pudiera sacar algún provecho. Pues me parecía que en los razonamientos que cada cual hace sobre los asuntos que le importan, y cuyo resultado ha de castigarlo sin tardar mucho si ha juzgado mal, podía encontrar yo mucha más verdad que en lo que hace un hombre de letras en su gabinete, sobre las especulaciones que no producen efecto alguno y que no tienen otra consecuencia sino, tal vez, que sacará de ellas tanta más vanidad cuanto más alejadas estén del sentido común, puesto que habrá debido emplear tanto más espíritu y artificio para tratar de hacerlas verosímiles. Y yo sentía siempre un vivo deseo de aprender a distinguir lo verdadero de lo falso, para ser claro en mis acciones y caminar con seguridad en esta vida... ...Pero, después de haber invertido algunos años en estudiar así en el Libro del Mundo, y de tratar de adquirir alguna experiencia, un día tome la resolución de estudiar también en mí mismo y emplear todas las fuerzas de mi espíritu en elegir los caminos que yo debía seguir. Lo cual me salió mucho mejor --me parece-- que si nunca me hubiera alejado.... de mi país.... ni de mis libros..... >>