Había separado con anticipación esta canción de The Doobie Brothers y otra más, "Yo quiero ver un tren" de Luis Alberto Spinetta, para mi planeado viaje de mañana 28 en ese tren al cielo que me llevaría de Lima a Huancayo pero..... contingencias laborales de último momento me han obligado a postergarlo.... hummmm ... esto no estaba en el diagrama de Gantt sino en el proyecto de mi vida... ¿ y ahora ? son 3 largos días, de esos raros que hay en el año en que pude haber disfrutado de un poco de esa absoluta libertad que se encuentra en el interior de nuestras provincias.. ....chsssss... quedarse en la ciudad es una agonía ... mis grupos de trek y andinismo también parten hoy por la noche y estoy pensando en que tendré que repartir mis horas entre la guitarra, la lectura, el deporte y quizá una función de cine ... felizmente hoy salva la noche Fito Páez.
Ya que no podré realizar la hoja de ruta de este viaje compartiré la nota que me envió Koki de la salida que hizo el 28 de Julio pasado y que me tanto me animó a intentarlo también... subirme en ese viejo tren.
Adrenalina Ferroviaria: .: Por Koki Zelaya :.
Viajar por ferrocarril hacia la incontrastable ciudad de Huancayo, constituye en sí, una aventura, desde la partida en Lima (150 m.s.n.m.) hasta el punto de llegada (3,261 m.s.n.m.). El tiempo del viaje es lo de menos. Basta con ver a través de las ventanillas de los coches, los diversos paisajes que nos muestran la belleza y el encanto de nuestros Andes Centrales.
El Ferrocarril Central es el preferido de los turistas. Su prestigio es conocido en todo los países del mundo y, son los turistas extranjeros los que especialmente se deleitan con esta excitante travesía, ya que en sus países de origen, no gozan de estos espectáculos ferroviarios.
Crónica Sobre Rieles:
Una mañana fría, típica de un crudo invierno limeño, la histórica y centenaria estación de Desamparados, se tiñó nuevamente de espíritu ferroviario, cuando desde muy temprano (06:00a.m.) recibió a centenares de turistas, tanto nacionales y extranjeros, ávidos de experimentar la magia de la naturaleza a través de la vía férrea más alta del mundo.
Una mixtura de nacionalidades de todo el orbe, se conjugaban en el ingreso a la estación, como en el abordaje hacia los coches. Muchos turistas portando coloridas y llamativas mochilas, insinuaban la emocionante jornada ferroviaria. Con exacta puntualidad se dió partida a esta nueva y gratificante experiencia hacia los Andes Centrales del Perú.
Con precisos toques de pito, la locomotora comienza su lento traqueteo. 332 Km separan Lima de Huancayo. Poco a poco el tren va dejando el triste y anodino clima limeño. Personal de mozos y ferromozas son los encargados de brindar y servir apetitosos desayunos, preparados en la cocina del coche buffet. Ya en las cercanías de Chaclacayo, el astro rey nos recibe con toda su fuerza y esplendor. El aire puro ya empieza a sentirse y llegamos a la estación de Chosica (Km 54), una de las más importantes del ferrocarril. Aquí se ubican las oficinas principales de la empresa. En esta estación, se imparten órdenes operativas a los encargados de conducir el tren hasta Huancayo.
Saliendo de Chosica, el valle del Rímac se va haciendo más estrecho y los contrafuertes andinos parecen sacudirse al paso del tren. El cambio de vegetación es un fiel reflejo que la Capital de la República está cada vez más lejos. Empiezan los pasos a desnivel con la Carretera Central; mientras tanto, personal de la empresa ferroviaria a bordo de modernas unidades móviles, cumple con un loable cometido de cerrar el paso a todos los imprudentes choferes que hacen caso omiso al pito del tren. Esto se repetiría en todos los demás cruces y luego en el viaje de regreso.
Antes de llegar a la conocida estación de San Bartolomé (Km 76), el tren cruza el primer túnel de la ruta conocido como Purhuay. De allí, para adelante, 65 túneles más nos esperaban; gracias a la prolija obra de ingeniería de Ernesto Malinowski, ingeniero polaco que hizo el trazo de este ferrocarril.
Ya en San Bartolomé, el clima seco y agradable invita a los pasajeros a espectar el cambio de posición de una moderna locomotora General Electric de 3,000 H.P. Esta se posa en una tornamesa giratoria y a pura fuerza de brazos, 4 esforzados trabajadores ferroviarios, empiezan a girar este aparato. Aquí se puede decir que recién comienza el viaje. Estamos próximos a trepar la Cordillera.
En contados minutos treparemos alrededor de 300 metros y así es. La locomotora ruge con toda su bravía potencia y a todo tren nos aproximamos al puente más largo de la ruta. El famoso puente Carrión (Km 84) de 218 metros, permite salvar la profunda quebrada de Verrugas. Muchos turistas con cámaras y filmadoras registran recuerdos de este paso lento y sigiloso del convoy. Se escuchan interjecciones de asombro, cosa que se repetiría en importantes pasos de la vía.
Continuando con el trayecto, 10 Km más arriba, nos recibe el túnel Balta, otra joya de la ingeniería ferroviaria. Es el túnel más largo del ferrocarril, con una perforación de 1,375 metros, en donde todos los ocupantes del tren, nos contagiamos de oscuridad por espacio de 5 minutos. Este túnel tiene forma de 8 y su construcción se debió para contrarrestar el embate de los huaicos.
Progresivamente, la altitud ya empieza a sentirse. Llegamos a la estratégica estación de Matucana (Km 103), situada a una altura de los 2,389 m.s.n.m., la mitad del punto más alto en Ticlio o Galera. Se hacen más continuos los pasos de túneles. Nos acercamos al primer Zigzag, conocido como Viso Abajo. Aquí el tren empieza a retroceder, pero de una forma increíble gana altura para llegar al punto llamado Viso Arriba. Nuevamente se suceden los precipicios e innumerables postales de acuarela.
Arribando a la estación de San Mateo (Km 126), logramos apreciar desde las alturas a este famoso distrito huarochirano, que se hizo famoso por el agua mineral del mismo nombre. Tres kilómetros después de este punto, llegamos al tal vez, más famoso paso de esta vía férrea: El puente del Infiernillo (Km 129,5), estructura metálica que une 2 túneles de cerro a cerro. Tamaño trabajo de ingeniería y que increíblemente se llegó a plasmar hace ya 134 años. Pasajeros y tripulantes espectamos asombrados el trabajo de destacados profesionales, quienes nos dejaron este imperecedero recuerdo.
Prosiguiendo con la aventura y a un ritmo contagiante, el tren con su característico pito, va contagiando de alegría a todas las poblaciones ubicadas a lo largo de los rieles. Muchos hombres, mujeres, niños, etc., saludan con gran efusividad a casi todos los pasajeros, que no hacen más que retribuir tan fina cortesía.
En el Km 141, se sitúa el Zigzag de Chicla, el más largo de la ruta. El tren retrocederá por alrededor de 15 minutos, aunque logrará ascender casi 400 metros hacia el punto denominado Saltacuna. De aquí en adelante, ya se comienzan a sentir los primeros indicios del temible “soroche”. Estamos ya sobre los 4,000 m.s.n.m., la estación de Casapalca (Km 154) nos recibe con un aire muy enrarecido, el viento helado ya sopla fuerte e inmediatamente el personal médico y la tripulación en su conjunto, acude solicito a cualquier requerimiento de algún pasajero. Los mates de coca y la conocida Coramina, son pedidos al personal encargado; los balones de oxígeno están prestos a ser utilizados en cualquier emergencia.
Conforme nos acercamos a Ticlio, se muestran los primeros nevados cubiertos con un manto blanco, propios de la época. Se logran apreciar, quizá, los más grandes precipicios de la vía. Minúsculos carros, buses, camiones, etc., se divisan desde las alturas. En esta última trepada hacia las nubes, 9 túneles más hacen “desaparecer” al majestuoso tren , que se abre indómito ante la agreste naturaleza. El segundo túnel más largo del recorrido, conocido como “Galera” (Km 171), de 1,177 de longitud, permite horadar los mismos Andes Centrales y de allí que reciba ese nombre. En 4 minutos hemos pasado del lado Occidental al lado Oriental de los Andes. Transcurrido este tiempo, ingresamos al departamento de Junín y a la estación ferroviaria más alta del mundo: También llamada Galera Km 172,7 y ubicada a 4,781 m.s.n.m. En este punto, muchos turistas se toman numerosas fotografías del recuerdo, contagiados tal vez, por los perpetuos bancos de nieve que resaltan a través de sus retinas.
Después de unos minutos, empieza el descenso. Numerosas lagunas artificiales, producto de los deshielos, resaltan a través de los cristales otras maravillosas escenas de este inigualable trayecto. Por medidas de precaución, el almuerzo es servido después de la máxima altitud. Muchos pasajeros piden sus respectivos potajes, anteladamente pedidos al personal del buffet. Un aroma de un excelente trabajo culinario, disipa los problemas sucedidos con el “vértigo” o los males de altura.
Hacia las 03:00 de la tarde, el tren anuncia su llegada a la ciudad metalúrgica de La Oroya Km 222. En esta estación se hace una breve parada operativa y en contados minutos, la vía férrea se encuentra a la vera de uno los ríos más importantes del centro del Perú: El Mantaro, quien nos acompañará hasta Jauja Km 301.
Ya en el atardecer, nos recibe el anchuroso y opimo valle del Mantaro. Restan tan solo 45 Km para llegar a Huancayo, emporio comercial del centro del Perú. Los potentes reflectores de la locomotora, rompen el manto de oscuridad para lo que falta del viaje. Con gran seguridad, pasamos diversos pueblos y el paso del tren hace recobrar la alegría a todos los pobladores, que asombrados, salen a sus puertas y ventanas a saludar al convoy férreo. En todo el trayecto nos ha acompañado un “Carrito Motor” que va como liebre del tren, en caso de suceder algún percance en la vía férrea.
El inicio de la avenida ferrocarril, indica la las claras, que son pocos los minutos los que nos separan para llegar a la estación de Huancayo (Km 346) y a una altitud de 3,261 m.s.n.m. Está por acabar otra histórica jornada ferroviaria. Turistas y tripulantes damos rienda suelta a la experiencia acontecida y a la labor cumplida en el viaje. Huancayo nos recibe con los brazos abiertos y nos invitó a celebrar el 28 de Julio, día de nuestra Independencia, con un sonoro VIVA EL PERÚ!.
En el viaje de regreso, el espectáculo fue muy similar, salvo que la magia de la naturaleza nos brindó una intensa nevada, en los alrededores de Ticlio; cosa que el autor de este envío no gozaba desde su primer viaje a Huancayo en 1966. Con estas bellas escenas, se cerraban 664 Km de una nueva experiencia ferrocarrilera y quizá para mí, sean inolvidables!. Tu, tu, tuuuu.......!.
Próxima Salida a Huancayo, mañana Sábado 28 de Agosto
Mayores Informaciones: Estación Chosica
Atención Srta. Lastenia Tagle.
Teléfono: 361-0500 - Anexo: 222
2 comentarios:
ese Zelaya no es lunarejo Zelaya, o si? .... creo q no xq el hombre estuvo x aca hace como 1 año y estaba bien sobrado de frente ....
Es su hermano... el que le sigue... también es exalumno del cole... es un experto en esta materia...
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